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LA SALUD DEL BALONCESTO BIZKAINO

SEGUNDA PARTE

KEPA PACHO, JUNIO 2013

Nuestro baloncesto es como una mesa. Su peso se reparte y se sustenta sobre las patas. Figuradamente, una pata podría ser las personas que hacen una labor directiva en los clubs, otra, podría ser los jugadores/as, otra los estamentos federativos, el colectivo arbitral, otra, las familias de los jugadores (que cada día parecen más influyentes) y por supuesto los entrenadores. No me gusta hablar de instituciones, asociaciones o colectivos como si tuvieran vida propia porque de hecho no la tienen. Somos las personas, con nuestras virtudes y con nuestros defectos quienes ponemos vida.

Hecho este matiz, hoy quisiera exteriorizar algunas ideas sobre lo que me parece la figura actual del entrenador bizkaino. En principio me gustaría romper una lanza a favor nuestro y es que nos falta capacidad para vendernos (no todos, algunos se exceden) y reconocernos como buenos e incluso en algunos momentos mejores que nuestros colegas de otras provincias por ejemplo. Es fácil romper esto con datos, la próxima temporada si no ocurre nada extraño, disfrutaremos de dos compañeros entrenadores en la Liga Endesa, nada más y nada menos. A ello debemos sumar el gran trabajo de Iñigo Sainz-Trapaga colando con todas las de la ley a su equipo en Liga Femenina. Después de muchos años esperamos poder disfrutar del mejor baloncesto femenino en nuestro territorio. 

También “la sorpresa” de nuestro actual Leb Plata Zornotza dirigido por un joven entrenador Mikel Garitaonaindia que recoge el testigo del durísimo trabajo hecho por Santurtzi y por Raúl Ruiz, los nuevos EBA, Askartza con Lander Madrazo y Centro de estudios Mikeldi con Salba Barrenetxea. Aquí podríamos sumar a los que yo llamo clásicos, Mario López, Luis Ledesma, Carmelo Etxebarria o Juan Sierra entre otros, todos ellos entrenadores que no necesitan presentación.  Algunos representan la parte del iceberg que se ve sobre el agua, “disfrutan de la gloria” pero debajo del agua, hay grandes estructuras donde muchos anónimos trabajamos para que los jugadores/as puedan estar preparados para competir y llegar a cotas más altas. Aquí aparece la primera carencia, que es, la ausencia de mujeres entrenadoras en los equipos de “alto nivel” Como dato en el pasado Curso Superior 2012 apenas diez mujeres de todo el estado se presentaron en Zaragoza para titularse y de ellas una sola Bizkaina  y para colmo desarrolla su trabajo en Gasteiz.  ¡Zorionak Laura! ¿Qué pasa con las entrenadoras bizkainas?

 

Debajo del agua es donde se cocina el jugador, donde desde pequeño se le enseña a tener control del espacio sobre una cancha, a desplazarse, a ser buen compañero/a, a comportarse, a dominar el balón, entre otras cosas. Aquí tenemos un problema, no entrena en la base quien quiere sino quien puede. Por ejemplo los horarios laborales que se estilan en nuestro país no permiten a muchos entrenadores trabajar en la base, por lo tanto ese espacio se ha ido cubriendo, en algunos casos por jóvenes jugadores o ex-jugadores/as que no dominan la profesión, algunos no tienen la inquietud de formarse, acudiendo a clinic por ejemplo.Tampoco a algo tan sencillo y tan ilustrativo como ver un entrenamiento de otro entrenador. En su mismo colegio o ikastola ese hecho se produce a diario. ¿Por qué el club no obliga a esto como parte del compromiso de entrenar? Dos días de entreno con tu equipo y uno con el de….a poner conos y a preguntar! Evidentemente somos conscientes de que no se puede pagar mucho (de hecho pienso que para algunos es muy poco, pero para otros es demasiado lo que cobran). No existe un modelo práctico valido para formar entrenadores, eso es una asignatura pendiente, los cursos para titularse, en mi modesta opinión siguen siendo excesivamente teóricos. ¿Por que quien hace un curso para acreditarse como entrenador Grado I ó II no tienen una temporada obligatoria de trabajo en equipo con un entrenador de acreditada experiencia y con un carácter pedagógico? Es posible que así algunos encontrarían referencias positivas que les motive a prepararse de verdad para ser entrenadores.

De rebote, al no poder entrenar en la base, la punta de la pirámide se queda pequeña para todos los entrenadores capacitados para entrenar a más alto nivel. Esto genera frustración y en algunas ocasiones el entrenador acaba trabajando por muy poco y así devaluando la profesión. He visto en más de una ocasión apostar por el entrenador más barato  sin regirse por ningún  criterio mas, titulo y salario barato, a veces ni titulo. Da igual la filosofía deportiva, el carácter y la responsabilidad del coach.

Con todo esto el panorama no pinta bien, la salud del entrenador  bizkaino es delicada y solo quienes pueden hacer algo deben intentar hacerlo, mientras tanto ¡¡Zorionak a todos los compañeros/as!! Que de verdad se toman en serio su responsabilidad de entrenar-educar, se preparan, se forman, aman y trasmiten lo que más les gusta que es,entrenar.


Continuará

 

 

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