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INTELIGENCIA EMOCIONAL - II

LANDER GOIKOETXEA , 01/02/2013

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL


Nos ha ocurrido muchas veces, nos hemos bloqueado, hemos sentido miedo, nos hemos sentido incapaces de tomar una decisión, hemos visto a un/a jugador/a llorar por su frustración en un partido, sentirse deprimido/a por un mal partido…son tantas las emociones y sensaciones que nos transmite el baloncesto que pocas veces podemos controlar todas las respuesta que damos o nos dan.  Por eso el entrenador ha de estar preparado en la Inteligencia emocional, que le hará ser capaz de controlar sus emociones y actuar más racionalmente que emocionalmente y en un segundo plano la empatía con los jugadores, que le ayudará a comprender mejor el estado emocional de su equipo para así poder sacar todo el potencial que en ellos/as encierran.


Podemos definir la inteligencia emocional como, la habilidad para comprender emociones y equilibrarlas, de tal manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de pensamiento, con el objetivo de obtener mejores resultados. ¿Pero cómo hacemos esto? ¿Cómo trabajaremos nuestra inteligencia emocional?


La inteligencia emocional se compone de los siguientes elementos, o pasos: valoración, autoconciencia, autocontrol, empatía, motivación y habilidad social.  (podreis leer la valoracion, autoconciencia y autocontrol en la parte 1)

 

 

EMPATIA: COMPRENSION DE LAS EMOCIONES DE LOS JUGADORES
 

La empatía se define como: la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

 

Es decir, la empatía es la capacidad de sentir lo que otro individuo siente. En este caso, si somos capaces de sentir el dolor, el miedo, la frustración, el enfado de nuestros/as jugadores/as, entonces podremos actuar sobre esos sentimientos. Debemos ser capaces de colocarnos en el lugar del otro, de ser capaces de comprender lo que les pasa, y porque les pasa. Muchas veces no podremos hacerlo solo con mirar, deberemos mantener una conversación y así entre los dos buscar una solución. 

 

Nos será mucho más sencillo buscar una solución a un problema de equipo si conocemos lo que los/as jugadores/as piensan, y si tenemos la capacidad de entender que esos sentimientos existen y afectan a la gente que entrenamos. Muchas son las cosas que afectan al estado de animo de una persona, no solo en le baloncesto sino también en la vida en general, y todas estas son las que condicionan nuestro estado emocional, lo que puede limitar o aumentar nuestro rendimiento en el deporte.


Cuando consigamos entender las emociones de nuestros jugadores estaremos habilitados para poder reconducirlas, repetimos, no suprimirlas si no reconducirlas para así convertirlas en una herramienta para entender el porqué de las situaciones que vivimos. Y una vez conocidas esas emociones es cuando comenzamos con la motivación, y la resolución de conflictos mediante la habilidad social. 

MOTIVACION HACIA UNO MISMO Y EL EQUIPO
 

Pero no solo existe el enfado o la frustración como emociones. También tenemos unas más perjudiciales a la hora de la toma de decisiones, factor fundamental de un entrenador. El miedo, la decepción, el estrés de la competición… todas estas emociones socaban nuestro estado de ánimo, nos paralizan y nos impiden actuar con raciocinio.

 

Para poder dominar estas emociones tan perjudiciales debemos canalizar nuestras respuestas. Debemos entender el porqué de estos miedos irracionales y utilizarlos a nuestro favor como factor motivacional. No solo nuestro, sino también de nuestro equipo, pues todos sufrimos el miedo a perder, el dolor de un fracaso, la decepción con nosotros mismos ante la confianza que han depositado los demás en nosotros. Mediante la empatía, podremos entender que nuestros/as jugadores/as también las sufren.

Y ahora debemos replantear esas emociones, el miedo debemos convertirlo en un reto, el dolor al fracaso, asumirlo como parte de la vida y trabajar para evitarlo, la decepción sobre nosotros mismos, en una excusa para hacerlo mejor. Debemos de sacar fuerzas de flaqueza en situaciones comprometidas para así, convertir nuestras emociones negativas en una emoción positiva. Debemos convertir el “estrés malo” en “estrés bueno”.

 

Pondremos como ejemplo el fracaso, y la motivación ante el fracaso para salir más fuerte de él. Tras las pruebas al equipo de baloncesto del Instituto, un joven fue descartado para entrar en los 15 que formarían parte del equipo, según los entrenadores no reunía lo necesario para estar entre los quince elegidos. Llorando volvió a su casa y se encerró en su habitación, su sueño había desaparecido, su frustración era inmensa pues había fracasado. Entonces llego su madre y hablaron durante un largo rato, sobre la frustración que sentía el joven ante aquel fracaso. La sentencia de su madre fue clara: “si de verdad quieres conseguirlo, lucha por ello, esfuérzate, mejora tanto como puedas, y si lo haces, el año que viene entraras en el equipo”. Y así lo hizo aquel joven, luchó consigo mismo, trabajo duro, entrenó, y aprendió lo que pudo para presentarse al año siguiente y entrar en el equipo. Y así fue, el fracaso se convirtió en una motivación para él. Años después de varios fracasos en su carrera deportiva consiguió alzarse con el trofeo de la NBA, no una vez, sino seis veces, recordad, que Michael Jordan, no consiguió entrar en el equipo del instituto. Entre sus frases mas conocidas podemos encontrar las siguientes que hablan sobre el fracaso:

 

“He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito”

“Transforma siempre una situación negativa en una positiva”

 

Eso es lo que debemos hacer, debemos asumir el fracaso, y conducirlo hacia una meta, hacia un logro, transformar toda esa energía negativa en fuerza para conseguir nuestro reto. Y si nosotros somos capaces de hacerlo, también debemos intentar conseguir que nuestros/as Jugadores/as tomen las riendas de sus miedos y no vean nada malo en ello, sino la excusa para superarse a si mismos/as.

 

HABILIDAD SOCIAL, ELABORANDO HERRAMIENTAS PARA NUESTRAS RESPUESTAS
 

Para poder poner en practica todo lo anterior debemos tener una capacidad de habilidad social, de comunicarnos, de transmitir lo que nosotros queremos de nuestro equipo y de ser capaces de entender y recibir lo que nuestro equipo necesita de nosotros. 

La comunicación con los/as jugadores/as es vital, pero en la mayoría de los casos el salto generacional suele ser importante, la edad del entrenador/A dista mucho de sus discípulos/as, en estos casos debemos elegir bien el lenguaje, que sea comprensible por ambos bandos, debemos elegir el tono, que no sea ofensivo hacia ninguno de los dos bandos. Como ejemplo del lenguaje, pondré una situación personal con un equipo que yo entrenaba, comenzamos un ejercicio, en el que la idea era clara, un 3x3, mi orden sencilla, al menos para mi : “la que lleve el balón por el centro se escora a un lado y las otras dos juegan un bloqueo indirecto en el otro lado, a partir de aquí leemos la situación”. Bien, pues tras varios intentos en los que no salía lo que yo pedía, paré el ejercicio, y pregunte si había algún problema en hacer lo que yo decía, la respuesta fue casi unánime: “¿Qué es escorarse a un lado?” En ese caso el lenguaje elegido por mi no fue el adecuado, el ejercicio no se entendió, la frustración de las jugadoras creció y la mía por que no eran capaces de hacerlo, y tan solo fue un malentendido al no poder expresarme en un lenguaje que ellas pudieran entender. 

A la hora de mantener la relación con los/as jugadores/as debemos utilizar el lenguaje que ellos utilizan pero claro está, nunca debemos bajar nuestra posición hasta la suya, debemos mantener la posición de autoridad aunque nunca llegando a la tiranía. Así llegaremos a mantener el control del equipo y a la vez tener una relación de cordialidad con nuestros equipos.

 

Finalmente diré, que espero que todo esto haya servido para que algunos puedan tener un mejor ambiente en su vestuario, a conseguir dar alguna idea y pincelada al trato y trabajo con los/as jugadores/as, pues recordad que un equipo con buen ambiente y unido juega mejor, ya que entre los compañeros existe mayor química y capacidad de sacrificio por el prójimo.

 

Lander Goikoetxea, @LanderGoBur

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