Me inicie a jugar en el Santurtzi en cadete de 1º año ya que era el equipo de mi pueblo y al año siguiente me ofrecieron jugar en Getxo donde he estado 6 años, hasta esta temporada que he fichado por Oribeltza . En Getxo estuve durante 3 años entrenando a un equipo de niñas Minibasket donde aprendí muchísimo de ello ya que yo empecé  tarde a jugar y me perdí esa etapa y lo único que puedo decir es que ha sido una de las cosas más satisfactorias que he hecho.

 

Ahora mismo estoy en el último año de la universidad y nunca he tenido ningún problema en compaginar estudios y baloncesto; es más ha sido de las cosas que me ha ayudado a desconectar en época de exámenes, a pesar de entrenar 4 días a la semana e incluso 5 a veces y tener que moverme desde Santurtzi a Getxo. Este año jugando en Oribeltza noto la diferencia ya que tengo más tiempo libre y puedo aprovechar para ver más a mis amigos o hacer otro tipo de cosas.

 

Con lo más importante que me quedo del baloncesto sin duda, es la amistad que haces con la gente de este mundillo. Personas que al principio no conoces de nada y no te imaginas que puedes llegar a tener tanta relación, pasa de ser una desconocida a una compañera de equipo, a una amiga para toda la vida. Como bien dice el dicho, el roce hace el cariño.